La
prensa de masas comprendió, ya en sus primeros años, la necesidad de abarcar la
realidad más allá de la palabra. Esta encontraba una y otra vez limitaciones en
el oficio periodístico; ya fuera el todavía alto grado de analfabetización, la
siempre susceptible veracidad de los hechos relatados o la distinción de estilo frente a los medios de
elite (de calidad notablemente superior respecto a la prensa de masas) la
palabra escrita quedaba corta sino inutilizada.
Estas
dificultades unidas al nacimiento de los medios audiovisuales, forzó la entrada
de la imagen fotográfica en las publicaciones de masas, que hicieron uso de
ella, entre otros, como mecanismo de aumento de ventas y novedad frente a la
popular radio, que experimentaba un rápido ascenso desde su nacimiento.
Aunque
resultara un remedio pasajero y de carácter secundario (la principal medida
tomada por los medios fue, en su mayoría, la presión política sobre la futura
legislación que, por otra parte, se hacía necesaria con el surgimiento de estas
nuevas formas de comunicación) la idea de utilizar imágenes en prensa cuajó sin
presentar problema alguno.
Al
margen del sensacionalismo existente en la época, la principal función de tales
medios era una función social y no política; proveían de recursos informativos
a sus lectores a muy bajo precio o de forma gratuita, convirtiéndose en una
herramienta de referencia principal (relevo que, de forma especializada,
tomaron las guías comerciales). Dicha función se materializó en la nueva ola de
prensa gráfica en la infografía: tablas, gráficos y mapas completaban los artículos
de prensa.
A
este último recurso queda consagrado este blog sobre el que se materializa
nuestro trabajo de investigación.
Si
bien la cartografía llevaba siglos existiendo, la expansión de las ciudades
trajo consigo la creación de callejeros locales, tanto de uso turístico como el
de los propios habitantes del lugar representado, que hacían uso de los mismos
para ubicar los servicios que aparecían nombrados en los medios impresos.
Igualmente, la información meteorológica dio un nuevo uso a los mapas estatales
y su incorporación a la prensa como servicio informativo fue un avance que no
tardó en establecerse como indispensable (quedando plasmada en su todavía
presencia en nuestras cabeceras de información diaria).
Desde
entonces hasta ahora ha habido un continuo avance en las tecnologías que hacen
posible la inclusión de tales formatos en la prensa escrita; la televisión
igualmente ha hecho uso continuado de la infografía para ubicar al espectador
en el lugar del conflicto o explicitar la relación de la subida del Euribor,
ejemplos de la vigencia que sigue teniendo en nuestros días tales formas de
representación.
Sin
embargo, la inclusión de los medios en la red y su consecuente adaptación a la
nuevas circunstancias y posibilidades está propiciando un nuevo auge de la
información gráfica y por consiguiente de los mapas de información.
Más
allá de los medios de información digitales de carácter profesional (en su
mayoría adaptaciones de los ya existentes fuera de la red), la web 2.0 se ha
convertido en una plataforma para el uso de recursos online a través de blogs,
wikis, foros, etc. En este nuevo terreno Google se erige como proveedor
principal de widgets y servicios nacidos de “Google Code” (anteriormente
“Labs”), sin ser el único en suministrarlos.
En
este contexto surge una situación de competencia por la captación de usuarios
entre Google Maps (con el software Google Earth como principal estandarte de
las nuevas posibilidades nacidas del entorno web) y el resto de compañías que
ven en la tecnología de localización el camino a seguir.
La
incorporación de mecanismos GPS en el mundo de la telefonía móvil abren nuevas
posibilidades de expansión para dichas empresas y más y mejores recursos a
disposición del usuario final.