Los
medios de comunicación se han caracterizado tradicionalmente por un uso de la
infografía como complemento de la noticia, ya sea a modo de resumen o como
objeto necesario de análisis. Sin embargo, poco a poco, gracias al trabajo de los
diseñadores y programadores encargados de dar vida a los mapas en red, la
infografía pasa a ser de nuevo un reclamo del medio al usuario.
Este
reclamo parte de la facilidad de asimilación respecto al resto de información con
una caducidad muchísimo mayor generada por efecto de la ya generalizada “era de
la información”. La información se produce de manera más fácil y es
completamente comprensible en un golpe de vista.
El
añadido de la interactividad nacida de los mapas dinámicos ha supuesto el mismo
efecto en la incursión del mapa en la red 2.0, con la existencia de blogs íntegramente
ligados a la difusión de los mismos.
Por
último, tales servicios se vuelcan en los dispositivos móviles que plasman su
desarrollo como herramientas prácticas para el usuario y que además potencian
el uso de las tarifas de datos y por tanto de su inclusión en la sociedad.